Una reflexión necesaria en este Día del
Padre tiene que ver con la difícil realidad que vive el pueblo
dominicano y la necesidad de que se cumpla el principio cardinal de la
democracia: el respeto de la autoridad a los derechos de los gobernados.
Vivimos bajo el manto de una
dictadura constitucional que se fabrica con números pero se sufre con la
pérdida de un bien mayor: la seria, honesta y equilibrada
administración de justicia.
Debemos estar alertas y unirnos para
cumplir con el mandato del Padre de la Patria Juan Pablo Duarte quien
dijo: “Trabajemos por y para la Patria, que es trabajar para nuestros
hijos y para nosotros mismos. Trabajemos, trabajemos sin descansar, no
hay que perder la fe en Dios, en la Justicia de nuestra causa y en
nuestros propios brazos”.
Un abrazo sincero para todos los padres dominicanos.
Hipólito Mejía
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