domingo, 2 de septiembre de 2018

La Transición Necesaria Discurso del Presidente Hipólito Mejía




Pueblo dominicano:
 
Me dirijo al país en un momento crucial para el destino de la República Dominicana.

Lo haré, como es mi costumbre, apegado a la verdad, con la esperanza de  que mis palabras contribuyan a mejorar el presente y a construir un mejor futuro para nuestras familias, a través del trabajo honesto.

Los ciudadanos dominicanos estamos obligados a escoger entre la esperanza y el miedo; entre el orden y el desorden; y entre la seguridad y el caos.

Esa elección significa hacer, de una vez por todas, los cambios que nuestra sociedad necesita.

Por supuesto, no es la primera vez que los dominicanos enfrentamos desafíos que nos obligan a tomar decisiones trascendentales.

En efecto, a lo largo de la historia, hemos luchado para hacer realidad esta patria, sembrando nuestro suelo con amor, sudor y sangre, para cultivar nuestro ideal libertario.

Hemos sabido defender nuestra soberanía con coraje frente a agresores extranjeros, todo ello en la esperanza de poder vivir en una nación justa y próspera.

Sin embargo, hoy nuestro futuro está amenazado por una paradoja que ha sido creada por un grupo encabezado por el Partido de la Liberación Dominicana.

Permítanme explicar, con la franqueza que me caracteriza, en qué consiste esa paradoja.

Me refiero a que, a pesar del crecimiento económico, la mayoría de la gente siente en carne propia cómo la calidad de sus vidas se deteriora, empujada por la corrupción, la impunidad y la inseguridad que nos afecta.

La mayoría está agobiada por la falta de empleos y el irresistible costo de la vida.

Todos sentimos el miedo creado por la violencia, especialmente la violencia contra la mujer.

Mientras eso ocurre, nos sentimos indignados cuando un grupo nos estruja en la cara su mal habida riqueza, y sus fortunas acumuladas sustrayendo la riqueza del pueblo dominicano.

A esos indolentes que se roban los recursos públicos, la gente les pregunta una vez más:
 
¿Dónde está su proclamada vocación de servicio al pueblo?
 
Hasta ahora, la hiriente respuesta de ese grupo ha sido la arrogancia, la ostentación y la prepotencia.

La desbordada soberbia de ese grupo le conduce a violar todas las normas civilizadas, tanto las de la ley como las de la moral y la decencia.

Es oportuno preguntar, ¿Qué tenemos que hacer para poner fin a esta desgracia y retomar el camino del orden, de la decencia, de la ley, para convertir en realidad nuestra esperanza?
Para alcanzar ese objetivo, solo nos queda el camino genuinamente democrático: la movilización de los ciudadanos.

Esa movilización está llamada a marcar el comienzo de una transición necesaria para lograr que la República Dominicana sea un país próspero y justo, como quiere la gente.

Ahora bien, ¿Qué significa la transición necesaria?

La transición significa, en primer lugar, tener instituciones sólidas, integradas por personas idóneas, honestas, independientes y con genuina vocación de servicio.

La creación de instituciones fuertes y transparentes garantizaría el cumplimiento estricto de las Leyes y la aplicación del régimen de consecuencias que ellas establecen.

Eso es especialmente importante en el campo de la justicia.

Hoy, todas nuestras instituciones están secuestradas por el Partido de la Liberación Dominicana, que solo las usa para su beneficio particular.

En segundo lugar, la transición consiste en la lucha decidida y frontal contra la corrupción y la impunidad. El principio de tolerancia cero frente a esos dos males debe ser un componente esencial de la transición.

Ese combate contra la corrupción y la impunidad tenemos que librarlo, caiga quien caiga.

En tercer lugar, la transición tiene que garantizar la creación de oportunidades para los proyectos e iniciativas que contribuyan a crear riquezas y mejorar la calidad de vida.

Para tal fin, se deberá enfatizar la creación de empleos de calidad, el aumento de las exportaciones, el mejoramiento de los servicios de salud y educación y el mejoramiento de la calidad de la vivienda.

Al mismo tiempo,  la transición tiene que enfrentar, de manera efectiva, el crimen y la delincuencia para lograr la seguridad ciudadana.

Por último, la transición significa la promoción de la ciudadanía activa. En efecto, de poco sirven las leyes y los proyectos de desarrollo si los ciudadanos no participamos en la conducción de la cosa pública, en procura del bien común.

Esa ciudadanía activa tiene, obligatoriamente, que crear un ambiente de confianza entre los partidos políticos, las instituciones públicas, la sociedad civil y los movimientos sociales.

Sin embargo, para hacer posible la transición, debemos trabajar para fortalecer la calidad de nuestra democracia.

Para eso, debemos crear espacios donde crezcan las virtudes de las ideas, se afiancen las libertades públicas y se respeten los derechos económicos, sociales y políticos del pueblo dominicano.

En efecto, aunque la Constitución dominicana establece que nuestra nación es un Estado Social y Democrático de Derecho, el PLD ha impedido el ejercicio pleno de esos derechos.

Como consecuencia de esa mala forma de gobernar, a más de la mitad de la población se le niega el derecho a un trabajo digno.

Como consecuencia de esa mala forma de gobernar, más de un millón de personas viven en viviendas vulnerables.

Como consecuencia de esa mala forma de gobernar, cientos de miles de dominicanos no reciben los servicios de salud que requieren.

Como consecuencia de esa mala forma de gobernar, a todos, sin distinción de clases, se nos impide ejercer el derecho de vivir en un país seguro, y el derecho a vivir sin temor.
  
Señoras y señores:

Todos esos males han ocurrido a pesar de que los gobiernos del PLD han endeudado al país de manera rampante e irresponsable.

En efecto, expertos nacionales e internacionales han demostrado que la República Dominicana dedica más del 50 por ciento del PIB al pago de la deuda externa.
Eso constituye una grave amenaza para la sostenibilidad de nuestro desarrollo y para el futuro del pueblo dominicano.

Revertir esa dañina tendencia tendrá que ser una prioridad para la transición que proponemos.

La alternativa a ese endeudamiento improductivo y pernicioso es invertir los recursos del Estado en los sectores productivos nacionales, y enfocar el gasto para beneficio de la gente.

Un sector que necesita de esa reorientación del gasto es el de nuestros jóvenes.

Para nuestros jóvenes, la transición significará garantizarles un trabajo digno. 

También significará tener el apoyo directo del Estado para que puedan formarse en universidades y escuelas técnicas, y acceder al mercado de trabajo con equidad de oportunidades.

A los jóvenes que buscan hacer realidad sus proyectos como emprendedores, la transición les dará todo el apoyo para hacer realidad sus sueños.

De igual manera, a nuestra juventud la transición le garantizará la creación de espacios para los deportes, el arte y la cultura.

Para la mujer dominicana, la transición significa la garantía de un trabajo digno y equitativo.

Para ella, la transición debe ser sinónimo de la seguridad que necesita, de oportunidades para capacitarse y trabajar, de facilidades para establecer sus propias empresas y el derecho a ser tratada con respeto.

Para la mujer dominicana, la transición servirá para enfrentar el drama de la violencia que afecta a miles de mujeres dominicanas. Esa violencia, que ocurre cada día en nuestras calles, muchas veces lleva inseguridad y dolor a los hogares.

Otro importante sector que se beneficiará de la transición es el conformado por los empresarios dominicanos.

Los empresarios, tanto los grandes como los del pujante sector de las MIPYMES, están llamados a ser parte esencial del proceso de la transición.

El apoyo que dará la transición a nuestros empresarios tiene que ver con la competitividad, el costo de la energía, la capacidad de innovar, la sostenibilidad de las exportaciones, la calidad de los recursos humanos, la aplicación de tecnología apropiada, y la seguridad jurídica.

A los productores agrícolas, la transición les dará garantía para tener financiamiento adecuado, seguridad del mercado, asistencia técnica oportuna, y capacitación como forma de asegurar la rentabilidad.

La solución que dará la transición a los problemas del mundo rural, además de aumentar la rentabilidad de la producción, estará basada en un modelo de desarrollo rural integrado, que sirva para mejorar la calidad de vida de los pobladores rurales.

Siendo la sostenibilidad del medioambiente y la preservación de los recursos naturales fundamentales para nuestro desarrollo integral, ambos serán prioritarios en las políticas públicas de  la transición.

Una problemática que la transición está llamada a resolver es la baja inversión del gobierno en muchas regiones del país. Esa forma de distribuir el gasto público está promoviendo el desarrollo desigual del país.

La respuesta que daremos a esa situación es descentralizar el gasto público para potenciar el desarrollo económico y social de todos nuestros municipios.

Esa descentralización tiene que incluir, necesariamente, al sector de la vivienda.

Como consecuencia del modelo de desarrollo que ha aplicado el PLD, en el país hay un grave déficit de viviendas. Además, muchas de las viviendas  en que habitan nuestros pobres son vulnerables y precarias.

Para solucionar ese drama, la transición iniciará un masivo programa de construcción y mejoramiento de viviendas en todo el país. Ese ambicioso proyecto se realizará con la participación del gobierno y del sector privado.

Para la transición, la capacitación de nuestros educadores constituye una prioridad insoslayable.

En efecto, necesitamos formar estudiantes que amen el conocimiento, que hagan preguntas, que busquen respuestas y que experimenten, de cara a los retos de nuestra sociedad y a los desafíos del futuro.

También es indispensable que eduquemos a nuestros jóvenes en valores cívicos y morales. En ese sentido, la interacción de la familia, la escuela y las iglesias, está llamada a ser vital en una auténtica revolución educativa que forme  a nuestros ciudadanos del futuro.

Una carencia fundamental en nuestra sociedad es la precaria calidad de los servicios de salud que recibe una gran parte de la población.

Para la transición, el punto de partida del mejoramiento de los servicios de salud es el fortalecimiento de la atención primaria en los lugares donde vive la gente.

Esa debe ser la puerta de entrada al Sistema de Seguridad Social.

Obviamente, la calidad de los servicios de salud es inseparable del aumento sustancial de los salarios y el mejoramiento de las condiciones de trabajo de todo el personal de salud.

El desarrollo integral de nuestro país requiere que el gobierno apoye, de manera decidida, los deportes, las artes y la cultura.

Para tal fin, la transición deberá proveer instalaciones y facilidades en todos los municipios para que la gente pueda practicar deportes, aprender destrezas artísticas, celebrar la riqueza de nuestra cultura y cultivar nuestra identidad como dominicanos.

Un tema que preocupa al país, de manera particular, es el de la migración.

El hecho innegable es que, desde hace varias décadas, cientos de miles de dominicanos se han visto obligados a buscar su bienestar en otras tierras. Esos hermanos nuestros han hecho un gran aporte al desarrollo del país y de sus familias.

Igualmente, la República Dominicana es receptora de numerosos ciudadanos de otros países que han escogido nuestra patria como destino.

Esa realidad nos obliga a un manejo coherente del tema migratorio.

Ese manejo coherente debe descansar en la aplicación de las leyes que regulan la migración en nuestro territorio.

Las leyes y reglamentos que se promovieron en el gobierno que me honra haber presidido, siguen siendo  los instrumentos idóneos para manejar la migración con respeto a la dignidad humana y a nuestra soberanía.
 
Pueblo dominicano:

Como dije al inicio de esta intervención, estamos compelidos a elegir entre la esperanza y el miedo.

La transición que acabo de proponer representa la esperanza.

Esa transición es el camino que nos permitirá asegurar que nuestras familias tengan una vida digna, próspera y segura.

Las propuestas que acabo de hacer se sustentan en mi convicción de que, frente a los retos que tiene el país, la indiferencia es moralmente inaceptable.

Esa convicción, me ha servido para ser solidario, y trabajar sin descanso para servir a los demás, especialmente a los más necesitados.

Esa convicción, también me ha servido para poner los intereses del país por encima de mis propios intereses.

Por esa razón, he tomado la decisión de buscar la nominación a la presidencia de la República en las elecciones del año 2020.

Esta decisión la he tomado, no como un mesías, ni como una persona indispensable, sino como un ciudadano que se siente en el deber de aportar su experiencia y su honestidad a la búsqueda del bien común.

Para alcanzar ese propósito, trabajaré para ganar, en primer lugar, la nominación como candidato presidencial de mi partido, el Partido Revolucionario Moderno.

Estoy decidido a participar en ese proceso con el espíritu de compañerismo que me caracteriza.

A partir de este momento, salgo a la calle a sembrar en el corazón del pueblo la necesidad de hacer realidad la transición que el país necesita.

Salgo a la calle a trabajar junto a los movimientos sociales y los ciudadanos para mantener en alto las justas demandas de nuestro pueblo.

Salgo a la calle a respaldar a los compañeros y compañeras del Partido Revolucionario Moderno en sus aspiraciones para las elecciones municipales y congresuales.

Salgo a la calle a trabajar para fortalecer al jóven y vigoroso Partido Revolucionario Moderno, que ha logrado, con persistencia y coraje, convertirse en una verdadera opción de poder.

¡Este es el momento para salir de los gobernantes indolentes!

¡Este es el momento para iniciar, juntos, la marcha que nos conducirá hacia un país seguro, próspero y justo!

¡Dominicanas y dominicanos, este es el momento para que, tomados de las manos, derrotemos la corrupción y la impunidad!

¡Que nos una la esperanza!

¡Que Dios nos bendiga a todos y a todas!

sábado, 18 de agosto de 2018

“PASADO, PRESENTE Y FUTURO DE LAS MIPYMES, UNA MIRADA DESDE SANTIAGO”

Amigos todos:
 
Deseo comenzar dando las gracias a la Federación Nacional de Pequeños y Medianos Empresarios de la ciudad y el municipio de Santiago, en la persona de su presidente Ingeniero Elvin Vargas, por su invitación a participar en este evento sobre el fomento y desarrollo de las MIPYMES.

Siempre es grato para mí venir a Santiago, no solo porque aquí tengo mis raíces, sino también porque tengo un compromiso muy particular con el desarrollo integral de esta laboriosa provincia.

 Hablar del desarrollo de Santiago nos obliga a situar la provincia en su contexto regional.

En efecto, esta provincia es el centro estratégico del desarrollo económico, social y político de toda la región norte del país, incluyendo el gran Cibao, la línea noroeste y la costa atlántica.

Por eso, hablaré sobre la creación de espacios para el fomento y el desarrollo de las MIPYMES situando a la provincia de Santiago en un contexto regional y nacional.

Mi exposición consta de tres partes.

En la primera, haré referencia a numerosos temas propios del mundo de la MIPYMES, particularmente su vinculación con las políticas públicas formuladas por el gobierno y el sector privado.

En segundo lugar, me referiré al papel que, en mi opinión, pueden jugar las MIPYMES en el desarrollo integral de esta provincia.

Por último, presentaré un conjunto de propuestas y sugerencias para el fortalecimiento de las MIPYMES a nivel local, regional y nacional.

Para empezar, los datos más recientes reportan que en el país hay cerca de un millón trescientas cincuenta mil MIPYMES. De ese total, se estima que el 90% es informal.

Una particularidad de este tipo de empresas es su diversidad.

Es decir, que en ese mundo existen las microempresas, con un máximo de diez trabajadores y operaciones anuales de hasta ocho millones de pesos dominicanos.
 
Al mismo tiempo, están las pequeñas empresas, que tienen entre once a cincuenta trabajadores y operaciones anuales de hasta 54 millones de pesos dominicanos.

Por último, están las medianas empresas en las cuales laboran de 51 a 150 empleados y cuyas operaciones anuales llegan hasta los 202 millones de pesos.

Las cifras más recientes reportan que las MIPYMES generan alrededor del 39% del Producto Bruto Interno y emplean cerca de dos millones doscientas mil personas.

Esas son cifras impresionantes, que muestran que el desarrollo económico y social del país es el resultado de la articulación de las grandes empresas con miles de empleados y las MIPYMES.

Es importante destacar que aproximadamente el 80% de las MIPYMES opera en las zonas urbanas, y que la mayoría se dedica al comercio y, en menor grado, a los servicios.

Igualmente, llama la atención que cerca de 60% de las MIPYMES compra la materia prima a los mayoristas y apenas el 10% directamente a los productores.

Más aún, al menos el 15% de estas empresas no contratan mano de obra, es decir, que son gestionadas y operadas por individuos o familias.

Una característica importante de estas empresas es que un alto número de las mismas está encabezado por mujeres, quienes en su mayoría son jefas de hogares.

Un elemento común a esas empresas es que la mayoría, además de ser proyectos económicos, son la expresión de proyectos personales, familiares o comunitarios.

Es decir, este tipo de empresas, usualmente forman parte de la decisión de una persona o un grupo de personas para superar la exclusión social.

Por lo anterior, considero atinado decir que las MIPYMES son espacios de creación de oportunidades. Y en esos espacios hay fortalezas y debilidades.

¿Cuáles son esas fortalezas?
 
En primer lugar, muchas MIPYMES pueden ser iniciadas con un capital modesto y un personal reducido.

En segundo lugar, muchas MIPYMES tienen una flexibilidad inherente en términos del espacio físico donde desarrollan sus actividades.

En tercer lugar, se pueden ver los resultados a corto plazo de la inversión realizada, siempre que el mercado demande el servicio o las mercancías propias de cada empresa.

¿Cuáles son las debilidades?

En primer lugar, la evidencia muestra que las deficiencias gerenciales pueden hacer fracasar rápidamente cualquier MIPYME.

Es decir, no es lo mismo tener una buena idea que gestionar de manera rentable una de estas empresas. Por eso no es sorpresa que un poco más del 70% de las MIPYMES fracasa.

En segundo lugar, el desconocimiento de cómo funciona el mercado usualmente lleva a pérdidas importantes, que se sustraen el capital invertido.

En tercer lugar, el proceso de formalización no siempre es una garantía de éxito, ya que el mismo puede implicar incremento en los costos de operaciones que reducen la rentabilidad.

Es, justamente, porque esas fortalezas y debilidades existen que debemos ver cómo las políticas públicas pueden beneficiar o perjudicar a las MIPYMES.

El primer elemento de esas políticas públicas es el marco institucional que regula sus operaciones.

Tal como señalan los estudios más recientes sobre este tema, el éxito de las MIPYMES guarda una estrecha relación con variables tales como:
  1.     El marco institucional que regula las MIPYMES
  2.     La rentabilidad de la empresa
  3.     La destreza y el conocimiento de gestión empresarial por parte de los propietarios de la empresa
  4.     El volumen de venta de la empresa
  5.     El número de trabajadores
  6.     El mercado y sus consumidores
  7.     El capital propio invertido por quienes crean la empresa
  8.     El acceso a préstamos (luego de iniciar las operaciones)
  9.     La capacitación de la mano de obra
  10.     El entorno macroeconómico nacional
  11.     El contexto internacional
Como señalé en una conferencia anterior sobre este tema, de esas variables hay seis que merecen atención especial, a saber:
  1.     Las destrezas gerenciales de los propietarios de las MIPYMES
  2.     La capacitación del personal
  3.     El acceso a préstamos
  4.     El mercado
  5.     La capacidad de innovar
  6.     El marco institucional
Un ejemplo de la importancia del marco institucional es el debate que existe hoy sobre el impacto que podría tener sobre el crecimiento productivo del país la reciente medida del Ministerio de Industria y Comercio y MIPYMES que elimina el anticipo del pago de impuestos por parte de las microempresas.

Como indica este Ministerio en su disposición, para las microempresas habrá una tasa única del pago de impuesto sobre la renta y el Itebis, en cuotas distribuidas en un año, sin tener que pagar anticipos ni enviar a la administración tributaria los formularios exigidos en el régimen ordinario.

Este debate aborda un tema muy relevante para el sector, ya que nos obliga a buscar soluciones a la forma más eficiente de articular la protección a las MIPYMES con su capacidad de crecimiento en términos cuantitativos y cualitativos.

Es decir, parece que no basta con la simple exoneración del pago del anticipo sino que necesitamos otras medidas para asegurar la sostenibilidad de todo el sector.

Más allá de ese debate, creo que la decisión de este Ministerio muestra que las entidades que representan al sector han sabido ganarse su espacio en el marco institucional del país.

En términos generales, podemos afirmar que este es un buen momento para que las MIPYMES se consoliden y crezcan.

El desafío que tiene el sector es organizarse para definir una agenda coherente que le permita, en el menor tiempo posible, funcionar con garantía de financiamiento, con capacidad para ser sostenible y con un satisfactorio nivel de rentabilidad.

La pregunta que debemos hacernos es:

¿Cómo pueden las MIPYMES contribuir al desarrollo económico y social de la ciudad y el municipio de Santiago?

Para responder esa pregunta, demos una mirada a nuestra provincia.

En primer lugar, Santiago es el centro estratégico de la vida económica, social y política del Cibao y las regiones periféricas.

Estudios recientes muestran que el 63.7% de su población tiene menos de 34 años. Ese hecho representa una gran oportunidad, siempre y cuando se logre insertar esta juventud al trabajo productivo, incluyendo las MIPYMES.

Por otro lado, el índice de desarrollo humano de Santiago y los niveles de pobreza están entre los mejores del país.

Ese elevado índice de desarrollo humano se debe, obviamente, al probado espíritu emprendedor de los santiagueros y las santiagueras.

Ese espíritu emprendedor ha hecho crecer nuestra provincia en términos económicos y sociales a lo largo de la historia.

Un dato significativo es que Santiago dispone de varios de los principales centros de educación superior del país, entre los que destacan la Universidad Católica Madre y Maestra; la Universidad Tecnológica de Santiago (UTESA); la Universidad Autónoma de Santo Domingo; y, la Universidad ISA, entre otros.
 
Según el censo del año 2010, la población de Santiago en esa fecha era de 963,422 habitantes, con igual proporción de hombres y mujeres. De ese total, el 76% vive en la zona urbana y el 24% en la zona rural.

Este dato es relevante porque es justamente la población urbana que demanda muchos de los bienes y servicios que ofrecen y pueden ofrecer las MIPYMES.

Baste mencionar, como ejemplos ilustrativos, la oferta de comida rápida, transporte, centros de diversión, el comercio de minoristas y salones de belleza, entre otros.

Fruto del vigor de sus actividades económicas, en el año 2013 la provincia de Santiago ocupó el lugar número tres, a nivel nacional, en empleos generados.

En efecto, aquí se generó el once por ciento del total nacional de nuevos empleos.

Obviamente, sabemos que muchos de esos empleos son de carácter informal. Más aún, muchos de esos empleos son generados por las MIPYMES.

Un dato importante es que, para el año 2013, la tasa de desempleo en Santiago era de 5.4%, lo cual es significativamente inferior al promedio nacional de 7.0%.

Esa realidad está confirmada por los datos que muestran que en el año 2013, en Santiago, los trabajadores por cuenta propia representaban el 34.2% de la población ocupada, mientras que los empleados a sueldo o salario representaban el 46.1%.

En términos de clústeres estratégicos de esta provincia, sobresale el peso del sector agropecuario, en gran medida por la producción de tabaco.

La agricultura provincial está directamente vinculada al elevado número de agroindustrias que existen a nivel local.

Además, la provincia tiene una diversa gama de productores agrícolas medianos y pequeños, muchos de los cuales exportan sus productos.

En el clúster logístico, el Aeropuerto Internacional del Cibao es una ventaja competitiva para esta provincia.

Un ejemplo de esto es que, a través del mismo, podemos exportar bienes producidos localmente hacia los mercados internacionales, especialmente a los Estados Unidos.

Las Zonas Francas y el procesamiento y conservación de carnes son actividades económicas de singular importancia para la provincia. También son relevantes el sector textil y el del calzado.

Por otro lado, en términos de servicios de salud, Santiago tiene una amplia y variada oferta, ya que cuenta con centros médicos privados y hospitales públicos de alta calidad.


En materia de procesamiento de productos minerales, metálicos y no metálicos, aquí se fabrica cemento, cal, yeso, piedra caliza y otras materias primas, tales como el ámbar que involucra a varias MIPYMES.

Finalmente, en materia de tecnologías de la información, las zonas francas de esta provincia han potenciado su uso y desarrollo. Estratégicamente eso es vital para nuestro desarrollo integral.

Señoras y señores:

Me identifico plenamente con lo planteado por la Federación Nacional de Pequeños y Medianos Empresarios de Santiago, en el sentido de que el desarrollo sostenible de esta provincia y de esta ciudad está íntimamente vinculado con el fortalecimiento de las MIPYMES.

Por eso, me permito presentar las siguientes propuestas:

En primer lugar, propongo crear mecanismos ágiles para que las MIPYMES puedan operar adecuadamente en las zonas urbanas de mayor concentración poblacional.

Esto dinamizaría la vida nocturna de Santiago, especialmente en el casco histórico.

Obviamente, para hacer esto realidad, es necesaria la cooperación entre el gobierno municipal y el sector MIPYME.

Esta propuesta se basa en la experiencia de las grandes ciudades del mundo, donde la oferta de alimentos, bebidas y recreación sana contribuyen a la dinamización de la economía local y a la ampliación de la oferta para el turismo.

En segundo lugar, propongo fortalecer con capacitación y financiamiento adecuado y oportuno a las MIPYMES con potencial para la exportación.

El mercado de la diáspora dominicana, especialmente la de Estados Unidos, debe ser un objetivo prioritario para Santiago, por el hecho de tener un aeropuerto internacional, ubicado, literalmente, en el centro de la ciudad.

En tercer lugar, propongo crear programas especiales que vinculen a las MIPYMES con la producción y el comercio de artesanías. Aquí hay una larga tradición de artesanía, que puede ser aprovechada para la exportación y para la demanda local.

En cuarto lugar, propongo dar prioridad a la capacitación administrativa y gerencial de los dueños de las MIPYMES.  Así, podríamos reducir la mortalidad de estas empresas y aumentar su rentabilidad.

En quinto lugar, propongo que el Ministerio de Industria y Comercio y MIPYMES, procure que la ventanilla especializada para el sector sea ágil y que, de verdad, ofrezca todos los servicios que requiere el sector.

Esto es especialmente crucial en lo relacionado con financiamiento, capacitación, trámites legales, promoción de mercados y construcción de infraestructura, entre otros.

En sexto lugar, propongo fortalecer el área de la tecnología de información y comunicación (TIC) a fin de que las micro, pequeñas y medianas empresas hagan uso de esos recursos de forma regular y puedan aprovechar las ventajas que esas tecnologías ofrecen.
 
En séptimo lugar, propongo dar prioridad al financiamiento de aquellas MIPYMES que más contribuyan a la generación de empleos.

En octavo lugar, propongo la creación de una alianza entre los productores agropecuarios de la provincia con los propietarios de las MIPYMES a nivel urbano.

Un resultado concreto de esa alianza sería que muchos de esos productos agropecuarios sean empacados, procesados y comercializados por MIPYMES urbanas, generan así empleos y beneficios tanto en el campo como en la ciudad.

En noveno lugar, propongo la formación de una alianza estratégica entre las MIPYMES y las cooperativas de la provincia a los fines de apoyarse mutuamente.

Un ejemplo de ese potencial es el de la cooperativa San José de las Matas, que es una de las más antiguas y sólidas del país. La misma tiene capital para financiar microempresas de ese municipio para producir bienes a ser comercializados por MIPYMES ubicadas en el casco urbano de Santiago.

Por último, permítanme reafirmar mi compromiso con el sector de las MIPYMES.

Sé muy bien que, para aumentar la rentabilidad y la sostenibilidad de este sector, se requiere el apoyo directo del Estado.

Ese apoyo debe servir para que ustedes, mis queridos amigos, no encuentren los obstáculos que hoy tienen para hacer exitosas sus empresas y para que puedan convertirlas en verdaderas fuentes de generación de riquezas.

Justamente, para apoyar los sueños y proyectos de hombre y mujeres como los que trabajan con las MIPYMES es que aspiro a ser Presidente de la República en el año 2020.

Tengan ustedes la certeza de que, en el gobierno que espero presidir, la marca MIPYME será visible desde el primer día de mi gestión.

Muchas gracias.


Santiago, R.D.

17 de agosto, 2018

domingo, 6 de mayo de 2018

MENSAJE DEL PRESIDENTE HIPÓLITO MEJÍA A LOS PERREMEISTAS Y A TODO EL PUEBLO SOBRE EL CONOCIMIENTO DE LA LEY DE PARTIDOS

MENSAJE DEL PRESIDENTE HIPÓLITO MEJÍA A LOS PERREMEISTAS Y A TODO EL PUEBLO SOBRE EL CONOCIMIENTO DE LA LEY DE PARTIDOS

Hace catorce años que decidí promover la aprobación de normas democráticas que ayuden a superar las traumáticas dificultades por las que atraviesan los partidos en cada una de sus elecciones internas, las cuales dejan como secuela la desunión y, muchas veces, el luto en las familias de los dirigentes y militantes de nuestras organizaciones.

Estoy convencido de que:

a)    ante lo difícil que resulta construir un padrón de afiliados diáfano e incuestionable, lo más conveniente es utilizar el de la JCE, el cual reúne estas dos condiciones;

b)    que ante el hecho de que los miembros de los partidos que organizan sus eventos internos son siempre acusados de parcialidad, lo más conveniente es que estos sean organizados por la Junta Central Electoral, que es un tercero imparcial; y

c)    que para evitar el argumento de la influencia externa en la escogencia de los candidatos, todos los partidos elijan sus candidatos simultáneamente.   

Motivado por estas razones promoví y promulgué, el 15 de agosto de 2004, la Ley 286-04, que estableció el sistema de elecciones primarias mediante el voto universal, directo y secreto. Esta fue la primera iniciativa legislativa que contempló la celebración de primarias simultaneas, con el padrón nacional y organizadas por la Junta Central Electoral.

Más adelante, apoyé plenamente la propuesta de Ley de Partidos Políticos que elaboró una comisión especial encabezada por la Dra. Milagros Ortiz Bosch e integrada por los compañeros Tirso Mejía Ricart, César Sánchez, Héctor Guzmán, Salvador Ramos, Robert Arias, Nelson Estévez y Obispo de los Santos, la cual fue depositada el día 4 de abril de 2013 en el Congreso Nacional, con la anuencia de nuestra alta dirección, después de haber sido sometida a la consulta de las bases del partido.

Como una muestra más de mi apoyo a la propuesta, en fecha 8 de abril de 2013 encabecé, junto a la Dra. Milagros Ortiz Bosch, una comisión de alto nivel de nuestra organización, integrada por Andrés Bautista, Sonia Guzmán, Geanilda Vásquez, y como compromiso familiar e histórico, mis hijos Ramón Hipólito y Carolina, entre otros, para hacerle entrega de la misma al presidente de la República, Lic. Danilo Medina, en su despacho del Palacio Nacional, dentro del marco de un proceso de consulta con los líderes, partidos y organizaciones de la sociedad civil. El presidente Danilo Medina mostró su simpatía con este proyecto.

Es pertinente recordar que de todas las propuestas, el referido anteproyecto era el único que contemplaba, hasta ese momento, la celebración de primarias abiertas, simultáneas y organizadas por la Junta Central Electoral.

Con la única excepción del apoyo a las primarias cerradas en la Ley de Partidos y Agrupaciones Políticas, todas las decisiones importantes adoptadas por la Dirección Ejecutiva de nuestro partido habían sido consensuadas.

Sorpresivamente, en una reunión de la Dirección, convocada sin agenda previa, se tomó la decisión de cambiar la propuesta de las primarias abiertas por la de primarias cerradas, con el propósito de crear la percepción de que se trataba de la decisión definitiva del partido.

Por la importancia que tenía esa decisión para todos los miembros del partido, lo procedente era que se consultara a los dirigentes, de conformidad con el artículo 20 de nuestros Estatutos, el cual dice lo siguiente: “La consulta a los Dirigentes es un mecanismo de consulta democrática, utilizado por la Dirección Ejecutiva, para recoger y establecer la posición de la mayoría de los dirigentes del PARTIDO REVOLUCIONARIO MODERNO (PRM) sobre temas de interés partidario con respecto a los cuales se deban tomar decisiones”.

El irrespeto a la democracia interna, la que buscamos sea garantizada en la Ley de Partidos, fue tal, que la precipitada decisión de la Dirección Ejecutiva no fue presentada, para su ratificación o rechazo, a la Comisión Política del Comité Nacional, que es el máximo organismo ejecutivo del partido.

En ese sentido, el literal “a” del artículo 24 de los Estatutos, que es este organismo el que tiene la atribución de “discutir y aprobar la línea estratégica general y de coyuntura del partido”.

No obstante, se pretende cambiar nueva vez de posición, para apoyar que, en lugar de primarias cerradas, sean los partidos quienes decidan la forma de elegir sus candidatos y directivos, así como que la participación de la JCE en la organización de las elecciones internas partidarias sea potestad de cada una de las organizaciones.

De haberse aprobado de esa manera, en la sesión de la Cámara de Diputados del pasado jueves, los conflictos persistirían en las elecciones internas de nuestros partidos, ya que la modalidad de escogencia de los cargos de elección popular, ya sea con primarias abiertas, cerradas, o en asamblea,  sería impuesta, por quienes controlen en ese momento los organismos que tengan la atribución de decidirla, de acuerdo a su conveniencia coyuntural.

Afortunadamente, eso no ocurrió, gracias a la decisión y a la racionalidad que adoptaron varios legisladores, quienes reclamaron que el proyecto de ley fuera enviado a comisión, para ser mejorado y enriquecido, como se estila.

Como se ha podido comprobar, mi criterio en torno a la modalidad de primarias no está motivado por razones coyunturales, sino por el sano propósito de garantizar el funcionamiento democrático de nuestros partidos.

Ahora estoy mas convencido que nunca de que lo más importante es contar con una buena Ley de Partidos, que contribuya a que nuestras entidades políticas sean más democrática y más transparentes, para que tengan la confianza de la sociedad, lo mismo que una Ley Electoral que permita que la administración electoral organice elecciones equitativas y transparente, que alcancen los mayores niveles de integridad.

Por estas razones, quiero dejar sentado lo siguiente:

1.    Ratificar mi decisión de apoyar la modalidad de primarias abiertas, es decir con el Padrón Nacional de Electores, simultáneas y organizadas por la Junta Central Electoral.

2.    Apoyar que el Proyecto de Ley de Partidos, que cursa en la Cámara de Diputados, sea enviado a comisión para su corrección y mejoría.

3.    Que mientras el Proyecto de Ley de Partidos se encuentre siendo estudiado por la comisión designada al efecto, el Senado de la República conozca el Proyecto de Reforma de la Ley Orgánica del Régimen Electoral, para que también sea aprobado en la actual legislatura. 

HIPÓLITO MEJÍA
6 de abril de 2018