por Juan TH
Hace apenas
unas semanas Hipólito Mejía comenzó a buscar la nominación presidencial por el
Partido Revolucionario Moderno provocando un avispero sus adversarios que se
han apresurado a pagar encuestas en los diarios para crear una percepción
distinta a la realidad.
La aparición
de Hipólito es un elemento preocupante dentro y fuera del PRM. Hablamos de un
líder natural, ex presidente de la República, con calidad moral y política para
hablar. Es de los pocos presidentes de América Latina que abandona el cargo sin
expedientes de corrupción y de criminales, porque, como él mismo suele decir,
ni robó, ni mató.
Como no
"robó, ni mató", puede caminar el territorio nacional y el extranjero
sin temor al repudio violento del pueblo, como ocurre con Leonel Fernández.
Todo lo contrario. En los lugares públicos donde aparece la gente se le acerca,
lo saluda, lo abraza y le pide colocarse a su lado para una foto, a la que
siempre acede.
El cariño
hacia el ex mandatario es más que elocuente. Su tasa de rechazo, fruto de la
crisis económica que afectó su gobierno por la quiebra fraudulenta de algunos
bancos privados, ha desaparecido. El pueblo sabe que Hipólito salvó el sistema
financiero del país salvaguardando los dineros de 700 mil ahorrantes, como bien
lo reconocieron en su debido momento los banqueros.
Como
candidato per sé, Hipólito es el mejor. Su experiencia como ministro de
Agricultura, como ex candidato vicepresidencial, presidente de la República,
líder carismático, amado por su pueblo, lo convierten en el mejor candidato
para enfrentar al candidato del PLD, no importa como se llame.
Nadie en el
PRM tiene sus condiciones, ni su experiencia. Nadie tiene ese imán, ese
"melao" con los humildes. Nadie se conecta con la gente pobre de
manera tan natural.
En todos los
años que tengo a su lado he comprobado que le gusta el trabajo en equipo y
escucha a sus consejeros o asesores. No cree saberlo todo. Al contrario, suele equivocarse
al hablar creyendo que puede decir todo cuanto piensa. La sinceridad lo
traiciona muchas veces. Pero es de los pocos políticos capaz de reconocer sus
errores y limitaciones. No anda con poses. No se cree predestinado ni un
mesías.
Hipólito no lanzó
su candidatura presidencial antes porque lo no creyó prudente. Antes era
necesario crear un partido, una marca, una estructura, una dirección partidaria
con todos sus organismos.
Montar una
costosa campaña sin un partido debidamente organizado sería un error
imperdonable para alguien de su capacidad y experiencia. Primero el partido, la
estructura, los organismos de dirección tanto en el territorio nacional como en
el extranjero. Concluido ese proceso, entonces si procede, como dice él, ir al
seno de la sociedad a "la calle el medio" a buscar los votos
necesarios para ganar la convención, no importa que el padrón sea abierto o
cerrado.
Hipólito
Mejía es ya precandidato a la presidencia por el PRM. Nunca tuve dudas de que
así sería. Si alguien creyó lo contrario, se equivocó de cálculos. Como he
dicho muchas veces, la historia enseña que los liderazgos no se prestan, no se
alquilan, no se venden, no se traspasan ni se heredan, se ganan.
Confío en que
los adversarios de Hipólito dentro del PRM, Luís Abanador, Amaury Justo Duarte,
Geanilda Vásquez y cualquier otro que pueda aparecer, permitan que el proceso
de elección de los candidatos del PRM y de la Convergencia se desarrolle en un
clima de unidad y respeto.
Llegar al poder, desplazar al PLD del gobierno es
más importante que cualquier candidatura, incluyendo la de Hipólito y la de
Luís. Como digo siempre, "el todo es más importante que cualquiera de sus
partes".
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